cooked food

Conocí a Andrés Rosas cuando abrió Mirasol hace más o menos cinco años. Es de esas personas que con tres palabras te ofrece una amistad eterna. Rosas, recuerdo, me comentaba que el fin de su emprendimiento era conservar lo que reflejaba Chorrillos, su barrio de toda la vida, en lo gastronómico. Por ello la carta de este recinto es práctica, entendible y directa. Hay platos que escapan de la mente de Rosas, quién se apoya en la experiencia de los chef Krystell Marthans (fríos) y José Aguilar (calientes) para terminar de darle forma y exponerlos al comensal. Pero la médula de estos sabores es cr